¿Qué dice la ley?
Técnicamente, toda instalación eléctrica debe ser realizada y firmada por un profesional matriculado, tal como indican normativas como la AEA 90364 y las resoluciones del ENRE. Sin embargo, en la práctica, cientos (o miles) de electricistas trabajan sin matrícula en obras particulares, barrios, comercios y hasta en edificios.
⚠️ ¿Competencia desleal?
Quienes tienen matrícula muchas veces sienten que el esfuerzo de estudiar, formarse, pagar matrículas y cumplir con las normativas no se valora, mientras que los “no matriculados” trabajan por menos dinero, sin facturar, sin seguros y sin responsabilidad legal.
“Nos rompen los precios, no pagan impuestos y encima los contratan más”, es una queja recurrente entre técnicos formados.
¿O una necesidad del mercado?
Pero del otro lado, hay realidades sociales y económicas innegables: hay familias que no pueden pagar una instalación hecha ‘por libro’ y prefieren soluciones rápidas y accesibles. Además, muchos electricistas empíricos tienen años de experiencia, aunque no hayan pasado por un instituto técnico.
“Yo trabajo hace 15 años, nunca me reclamaron nada y mis instalaciones no fallan”, dicen muchos con orgullo… y con razón.
Un vacío que nadie quiere resolver
Ni el Estado, ni los colegios profesionales, ni las empresas parecen ofrecer una solución intermedia. ¿Una categoría de técnico habilitado sin firma profesional? ¿Cursos de validación de saberes? Nada de eso existe de manera oficial y masiva.
El resultado es un mercado informal, invisible, pero absolutamente activo.
❗ ¿Y vos qué opinás?
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¿Es justo que trabajen sin matrícula?
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¿Debería haber una vía legal intermedia?
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¿El cliente es consciente del riesgo que corre?
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